Camino de Santiago, etapa decimosexta: de Calzadilla de la Cueza a Sahagún
Te levangas tarde; te culpas por haber puesto el despertador debajo de la mochila, pero en esta traición el sueño acumulado ha tenido también algo que ver. Sales del albergue con los primeros rayos de sol lo que se te hace particularmente extraño.
A pesar de estar contrariado por el retraso, gracias a que ayer anduviste más de la cuenta, la etapa de hoy será corta, de poco más de 20 kilómetros y no 37. Se te antoja que quizá podrías andar un poco más para acortar en un día tu peregrinación, peor desecharás la idea conforme avancen la jornada y el cansancio.
Te pones en marcha siguendo el trazado de la carretera hasta Ledigos. Todo parece indicar que el camino de hoy será tan suave, llano y firme como el de ayer.
El antiguo poblado de villaoreja estuvo en las inmediaciones del camino |
A la entrada de Sahagún se te propone desviarte unos metros para ver la ermita de la Virgen del puente. Nada; ni caso. Se ve desde lejos, a la misma distancia que tu destino final: Sahagún.
Por suerte, no es demasiado tarde y tienes plaza en el albergue. A pocos metros de la iglesia de San Lorenzo, este albergue no ofrece menús, pero cuenta con cocina para los peregrinos. Tienes tiempo de comprar alguna cosa y hacerte la comida: macarrones con tomate. Le añades chorizo, leonés, que resulta tener un sabor extraordinario. A pesar de haberlo cocinado tu mismo, te sabe extraordinariamente bien.
Después de comer, en la misma mesa, charlas con el resto de peregrinos. Habláis sobre un colgado que se autodenomina templario y se ha construido una cabaña no muy lejos del camino, repleta de signos esotéricos. «Mal rollo» es la certera conclusión de un peregrino que ha pasado por allí.
Iglesia de San Lorenzo, Sahagún |
Llega la hora de acostarse, pasas un rato más departiendo con alguien y te acuestas, teniendo buen cuidado de no tapar el despertador con nada que te impida escucharlo a la mañana siguiente.
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